Hay varias situaciones y puntos de partida en los en los cuales se hace necesaria la elaboración de un proyecto profesional:
- Jóvenes de 14 a 18 años:
- Están fuera del centro escolar, sin alcanzar la titulación mínima obligatoria, con fracaso o abandono escolar y con experiencias desiguales de trabajo.
- Estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria, Formación Profesional o de PCPI, todavía laboralmente inactivos.
- Estudiantes de Bachiller que preparan su acceso a estudios superiores.
- Recién graduados en Educación Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional, con o sin alguna experiencia laboral, que desean comenzar a trabajar.
- Jóvenes de 19 a 25 años:
- Trabajadores a tiempo completo con contrato, o no, que no estudian y viven, o no, en la familia de origen; con un empleo, o no, relacionado con sus estudios.
- Trabajadores con empleo intermitente o a tiempo parcial que viven con su familia de origen.
- Estudiantes universitarios o de Formación Profesional de grado superior que viven con su familia de origen.
- Estudiantes que combinan los estudios con un trabajo intermitente y viven con su familia de origen, o independientes por razón de los estudios.
- Jóvenes en paro, titulados, o no, que no estudian y buscan empleo.
No están aquí todas las variables, pero sí las más significativas, que hacen ser conscientes de la necesidad de adaptar los proyectos a las diferentes circunstancias personales de los jóvenes y adolescentes.