La conducta instintiva parte de la necesidad de supervivencia, pero conforme se asciende en la escala evolutiva, el aprendizaje adquiere mayor importancia. Aun así, la motivación va a determinar qué se aprende.
En el estudio del aprendizaje los aspectos motivacionales ocupan un papel central, en el sentido que se buscan los mecanismos que detectan y retienen la información del ambiente y sus consecuencias sobre la conducta, y así comprobar el uso que se da para satisfacer las necesidades.
Se aprenden comportamientos al observar cómo los realizan otros y las consecuencias que conllevan.
Las teorías cognitivas del aprendizaje observacional mantienen que el observador elabora representaciones cognitivas de la conducta del modelo. El reforzador facilita esta retención, pero no es indispensable.
Así, Bandura indica cuatro procesos explicativos del aprendizaje observacional:
- Proceso atencional. Focalización y mantenimiento de un foco de atención, que va a depender de variables como las propiedades físicas del estímulo, las características del modelo y, por supuesto, las del observador.
- Proceso de retención. Se retiene lo observado en el sistema visual y en el verbal. La repetición y el repaso encubierto facilitan la retención.
- Proceso de reproducción motora. Depende de las propias capacidades físicas y psicológicas el poder reproducir una conducta observada.
- Procesos motivaciones. Transforman lo aprendido por observación en ejercicios, e incluso determinan aquello que se aprende de todo lo observado.
Así pues, observemos, observemos, y aprendamos…